Etimológicamente, la palabra Inteligencia significa la cualidad de saber escoger la mejor alternativa entre varias disponibles. Tomado de la página Etimologías de Chile de la definición: Etimología de la Inteligencia.
Según esta definición, la inteligencia es esencialmente la capacidad de decidir de manera óptima. La decisión es un proceso que consta de dos pasos:
- Establecer un propósito claro, que posibilite saber qué es lo mejor, ya que lo mejor es un concepto relativo, lo que funciona bien para conseguir un propósito puede no hacerlo para conseguir otro.
- Tener criterios que permitan elegir la mejor alternativa para el propósito que se estableció en el paso 1.
La inteligencia no es exclusivamente individual. Cada persona es inteligente, pero también pueden serlo los grupos de personas. La inteligencia colectiva es quizá el atributo más valioso con el que podemos contar las organizaciones, ya que nos permite alcanzar nuestras metas de la manera más eficiente.
La inteligencia colectiva también comparte estos dos aspectos numerados arriba: El propósito y los criterios.
Los propósitos:
Una organización puede tener sus propósitos aparentemente claros, incluso consignados en su misión, visión y objetivos, pero alcanzarlos eficientemente requiere que todas las partes involucradas tengan interés en lograrlos, es decir, que cada objetivo de la organización sea también de cada uno de sus integrantes. Es aquí donde se hace necesario que las metas personales de cada colaborador, sus proyectos de vida, estén alineados con los objetivos de la organización.
Todos querríamos colaborar si entendiéramos que nuestros intereses personales se logran más fácilmente en comunidad. No necesariamente todos los fines de cada individuo deben coincidir con los de los otros integrantes, pero sí debe haber un mínimo de metas comunes.
Para ilustrar el trabajo colaborativo, podemos citar el siguiente ejemplo del economista argentino Fred Kofman: En un equipo de fútbol, si el arquero piensa sólo en su rendimiento personal, puede preferir perder 0 a 1 que ganar 5 a 4, ya que en el primer resultado recibe menos goles que en el segundo. Por su parte, un delantero que piense sólo en su desempeño individual podría preferir perder 4 a 5 que ganar 1 a 0, si es él quien hace todos los goles. Es claro que para los intereses del equipo los mejores resultados son aquellos en los que gana, aunque no haya lucimiento individual de ninguno de sus jugadores.
Una vez que se han unificado los propósitos, se unifican los valores. Una persona valora todo aquello que va en pro de la consecución de sus fines. Así, se les da mayor valor a conceptos como la comunicación eficaz, la amabilidad y la empatía, cuando se entiende que sin estas habilidades es más difícil lograr las metas de grupo y, por consiguiente, las personales.
Es vital que cada miembro de la organización entrene su pensamiento sistémico, lo cual comienza entendiendo que lo que cada uno hace tiene consecuencias para el colectivo, y en el largo plazo estas retornan al individuo. Un sistema, por definición, es un conjunto en el que todas las partes están interconectadas y se influyen unas a otras. Entender esto hace que no sólo los individuos queramos colaborar en un equipo, sino que los equipos quieran colaborar en la organización completa.
Los propósitos de una organización inteligente no deberían ser únicamente los de sus integrantes internos, deben estar también alineados con los de sus clientes, proveedores y aliados. Todos somos partes de un gran ecosistema.
También te puede interesar: Soluciones SAP: flexibilidad para tu negocio
Cuando se tiene un conjunto unificado de propósitos y de valores, es hora de enfocarse en el segundo paso: Los criterios necesarios para la decisión.
Los criterios
Todos quisiéramos poder elegir siempre la mejor opción para conseguir nuestras metas. Infortunadamente, lo más frecuente es que no dispongamos de la información suficiente para decidir.
Es por esto que no siempre se puede decidir de la mejor manera, y es aquí donde se hace valioso el uso de las tecnologías, Inteligencia Artificial, análisis de datos y otros modelos o herramientas que ayudan a determinar una buena ruta para alcanzar las metas, aunque no sea la ruta óptima; en este caso el método ensayo-error es de gran ayuda para el aprendizaje continuo, el cual a su vez es también indicativo de inteligencia.
Otro indicativo de inteligencia para lograr los propósitos es transformar el entorno. La civilización es muestra de ello. Los seres humanos han transformado la naturaleza para sobrevivir, pero también para prosperar. En ocasiones es imposible o muy difícil transformar el entorno, es menos costoso adaptarse a él tal como se nos presenta. Saber elegir entre transformar o adaptarse para lograr las metas, es también otra importante muestra de inteligencia.
Podemos entonces reunir todos estos elementos formulando una primera definición de lo que debería ser para Perceptio una organización inteligente:
Organización inteligente
Una organización inteligente es una comunidad de personas con propósitos y valores comunes, entrenadas en el pensamiento sistémico, que colaboran para alcanzar sus metas y las de sus clientes, proveedores y aliados, aprendiendo constantemente a transformar su entorno o a transformarse para adaptarse a él.
La inteligencia es dinámica y gradual, puede aumentar o disminuir. No se trata de ser Inteligente o ser no-inteligente, como si fuesen sólo dos estados discretos, se trata de ser cada vez más inteligente, lo cual significa aumentar la capacidad de decidir lo más conveniente para lograr el objetivo. Cada organización tiene inteligencia, queremos que Perceptio sea cada vez más inteligente.
Referencias:
Julio cesar Medina A
Perfil Linkedin: Julio Medina – LinkedIn